COCAINA:
La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central y anestésico local de origen natural obtenido de las hojas de la planta Erythroxylon coca. Como droga dura, se autoadministra de diversas formas. El clorhidrato de cocaína es hidrosoluble y se administra por vía intranasal o se inyecta por vía intravenosa. Por su parte, la base libre de la cocaína (crack) suele fumarse, dado que no es hidrosoluble y vaporiza a temperatura baja. La cocaína de tipo crack es extremadamente adictiva debido a la rápida aparición y desaparición de los efectos buscados. La ingestión de cocaína junto con alcohol se ha identificado como una causa importante de ingresos en urgencias y como la causa del incremento de la morbimortalidad relacionada con esta droga. La cocaína se absorbe rápidamente desde las membranas mucosas y la sangre, en especial cuando se fuma. Los patrones de tasas de excreción varían entre las distintas personas y en función del modo de administración. La cocaína se metaboliza principalmente en el hígado, dando lugar a varios metabolitos farmacológicamente inactivos. La principal ruta de metabolismo consiste en la hidrólisis de los enlaces de tipo éster que conducen a la formación de los metabolitos primarios benzoilecgonina y éster metílico de la ecgonina. Puede detectarse benzoilecgonina en la orina 4 horas después de la administración. Aproximadamente el 85–90% de una dosis de cocaína se recupera en la orina pasadas 24 horas en forma de cocaína (1–9%), benzoilecgonina (35–54%) y éster metílico de ecgonina (32–49%). 1 2 5 El cocaetileno (etilbenzoilecgonina) se sintetiza en el hígado al coadministrarse alcohol y cocaína.
THC (MARIHUANA):
La marihuana es una mezcla de hojas, tallos y flores secas de la planta Cannabis sativa L que se cultiva en todo el mundo. A partir de esta planta se identificaron más de 60 monoterpernoides sustituidos que se conocen como cannabinoides. El principal componente psicoactivo de la marihuana y el hachís es el Δ9–tetrahidrocannabinol, que por lo general se designa Δ9–THC.
La forma típica de autoadministración de la marihuana es por vía digestiva o pulmonar. Puede provocar diversos efectos farmacológicos como sedación, euforia, alucinaciones, perturbación de la memoria y del aprendizaje y distorsión temporal.
Con el consumo crónico se han observado efectos reproductivos, cardiovasculares, pulmonares e inmunológicos, entre otros efectos fisiológicos.